Rickie Lee Jones: dulce infierno en Madrid

Cuando hace unos meses titulé una entrada «Rickie Lee Jones en las hogueras del infierno», no tenía ni idea de que iba a pasarme un buen rato con ella allí.
No sé quién tuvo la brillante idea de celebrar el concierto de RLJ en Madrid en la Sala Caracol. Quizás este sea un buen sitio para ir a dar saltos, como el otro día con mis amados Temper Trap en Moby Dick, o para una fiesta de la espuma o liarse la toallita y ligar como en una sauna, pero desde luego no es el sitio para escuchar a un dinosaurio como la Jones.
¿No podían haber puesto unas putas sillitas?
¿Nadie sabía donde se conectaba el puto aire acondicionado?

La Trampa de The Temper Trap

Parte del club de las 6:35, el más centrado (geográficamente), ha reventado sus tímpanos, media hora más tarde, al ritmo de la única nueva banda australiana (y mundial) que le tiene encandilado últimamente.
Los somnolientos conductores de los coches que comparten atasco le miran casi con miedo, según el agudo falsete de Dougy Mandagi fluye desde el sucio bólido plateado y lo invade todo.
En el último semáforo, Dougy chilla eso de que su amor se había perdido… Y justo cuando cambia a verde, va y lo encuentra.
Cabrón.
Mentiroso.

 

(Lost Love)